La cocina tiene un significado específico dentro de las normas sociales.
La cocina mediterránea representa el lugar fundamental donde se recuperan gestos, usos y costumbres propios de la tradición, sin renunciar a experimentar con la creatividad. Entre los fogones se produce tanto una aplicación como una reelaboración artística de la tradición: gracias a la cultura de la Dieta Mediterránea, la cocina es el lugar donde entran las materias primas y salen platos complejos, que son mucho más que la simple suma de los componentes individuales. Otro elemento imprescindible en la cocina es el diálogo intergeneracional, el paso del conocimiento a las generaciones más jóvenes que aprenden recetas y gestos precisos pero también enseñanzas más profundas como la importancia de dedicar tiempo a uno mismo y la dedicación a emprender proyectos. La Dieta Mediterránea, en definitiva, va mucho más allá del significado material y de la comida: es experiencia y relación de la que la cocina expresa un lugar adquiere un valor esencial